
En el diseño de este complejo, todo está fuertemente cargado de simbolismos relacionados a temas como la vida, la muerte, y la unión conyugal. Scarpa diseña una serie de espacios que refieren a la procesión, ese filtro necesario para ascender a un estado anímico que facilita la contemplación y a su vez un acercamiento con un mundo mucho menos terrenal, en donde se desvanece lo material.