Respetando las preexistencias de una antigua fábrica de hielo en el siglo XIX, donde el agua era embotellada y purificada, las oficinas Legorreta+Legorreta y Serrano Monjaraz Arquitectos plantearon un edificio en forma de “L” para distribuir las habitaciones del hotel boutique más vanguardista del centro histórico de la ciudad de Puebla (México). El patio central de La Purificadora, en planta baja se convierte en el lobby rodeado por las habitaciones. Una cubierta sobre todo el complejo alberga los equipos de instalaciones, para lograr que la azotea funcione como terraza jardín para uso de todos los huéspedes del hotel.