Mediateca "Tercer lugar"


Un ambicioso programa para la nueva mediateca de Thionville, obra del estudio francés Dominique Coulon & associés. Biblioteca multimedia, estudio para artistas, sala de audiovisuales, auditórium y mucho más; es por ello que Dominique Coulon define la mediateca de Thionville como un “tercer lugar”.
La intervención de Dominique Coulon para la nueva mediateca de Thionville, en Francia, forma parte de un proyecto de la municipalidad que recoge los cambios que está experimentando el concepto de espacio cultural. En el libro “I pubblici della cultura. Audience development, audience engagement” de Francesco De Biase, Antonella Agnoli cita la nueva mediateca de Thionville. En su exposición, explica que en los años por venir las ciudades tendrán la necesidad de contar con lugares en los que la gente pueda sentirse parte del cambio cultural y que sean neutrales. Para estimular la participación en el debate y rechazar la idea de que la cultura es patrimonio exclusivo de una élite adinerada o afortunada, se hace necesario diseñar espacios en los que las personas puedan estar juntas desarrollando actividades educativas diferentes, pero unidas por un elevado grado de compromiso personal.
En el centro del proyecto la imagen de la biblioteca con los estantes abiertos, a los cuales todos pueden acceder libremente, cada uno interactuando e influenciando las lecturas de los demás. Así Dominique Coulon imagina una mediateca en la que todos los contenidos, ya sean impresos, audiovisuales, pero también conferencias, presentaciones musicales o experimentales, coexisten sin barreras definidas o distintivas. La metáfora que ha escogido para representar este concepto de cultura que llama el “tercer lugar” es la cinta. Las superficies verticales se despliegan como si fuesen una cinta que extiende y recoge el espacio a disposición, que hace entrar más o menos luz. Así se crean ambientes abiertos y espacios más íntimos, con alturas a veces mayores a veces menores en función de la relación que el interior desea instaurar con el entorno de la ciudad.
Ubicada en la place Malraux, en el centro de Thionville, la mediateca ocupa un área cuadrada  delimitada por tres calles y un amplio estacionamiento. Precisamente de la isometría de sus lados se deriva la idea de no priorizar ninguno de sus cuatro frentes arquitectónicos, sino de dejar que la “cinta” de las superficies se adapte a las funciones internas, obteniendo de esta forma 4 contextos diferentes.
Las escurridizas superficies exteriores, en las que el cemento blanco se reduce dejando su lugar a los cristales en un juego de seducción entre los transeúntes y los visitantes de la mediateca, sugieren la riqueza de los espacios interiores: perspectivas, combinaciones de vacíos y llenos, alternancia de lugares colectivos con lugares íntimos para concentrarse y estudiar.
En la mediateca de Thionville encuentran acogida, además de las colecciones de documentos, espacios para exposiciones, talleres para diferentes expresiones creativas, salas de pruebas, áreas específicas destinadas a la lectura y a las actividades para niños y adolescentes. Y por último, un fórum y un patio, que también es una rampa para el amplio jardín. La tradicional jerarquía entre las funciones y las actividades se ha puesto en discusión para hallar una nueva configuración no jerárquica, que consagra el derecho mismo de todos a la educación, desde los más pequeños hasta los adultos, desde los más cultos hasta los principiantes.
La arquitectura retoma el concepto tradicional y radicado de lugar para la cultura, concebido como un lugar solitario y en el que se concentra una función precisa. El nuevo proyecto da un vuelco a los rituales: desde el de la ergonomía de los asientos, hasta el de la interacción entre los programas, pasando por el concepto mismo de ambiente cultural.
La contigüidad como continuidad, en una lógica de enriquecimiento recíproco concretiza aquellas ideas sobre la recepción y el empuje a la participación creativa que se mencionaban al principio. La mediateca como plaza cubierta con potencialidades aumentadas. Como tercer lugar que escapa de las definiciones, que no es ni vivienda ni oficina, ni privado ni público. Donde es posible ir a comer a la cafetería pero la compra no es obligatoria para formar parte del sistema. Un lugar donde crear, estudiar, o inclusive simplemente ver, algo así como una gran plaza pero con mucho más estímulos a disposición.

Mara Corradi

fuente: www.floornature.es

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