Rectorado de la Universidad de Alicante - Álvaro Siza



El portugués Álvaro Siza, premio Pritzker 1992, es, entre los arquitectos estelares, singular. De su fama y peculiaridad levanta acta y da testimonio el Rectorado de este campus universitario, el cual, con su presencia, se anota un triunfo seguro en el panorama universal de la arquitectura a las puertas del tercer milenio.
Es audaz en su sencillez, aparentemente severo e íntimamente afectuoso, como su autor. Arquitectura no monumental, que desconoce la arrogancia representativa o de protocolo y contraría los supuestos que se pudiera atribuir a su programa rectoral. Siendo buque insignia de una institución que con razón se precia de modélica, su misma ubicación, lateral con relación a la gran avenida y en forma de cuña, se pliega a las preexistencias del antiguo aeródromo (la torre de control y los restos del hangar primitivo), en un rasgo de modestia quizá desconcertante a primera vista. Pese a lo cual, el edificio hace sutil acto de presencia, como pieza que acusa de entrada su voluntad no convencional. Su disposición en planta, como de pinza, aloja en efecto con introversión dos patios desiguales, uno de los cuales, el pequeño, inhibe con delicadeza el discreto hemiciclo del paraninfo.
De ese modo, el arquitecto suscribe la validez intemporal del claustro (una voz de secular y probada tradición universitaria) a la vez que la subvierte partiéndolo en dos mitades desiguales, contrapuestas y semiabiertas.
En la serena reserva de sus volúmenes limpios hay, sin embargo, una amable concesión a la galería: es el balcón-terraza que, a modo de portavoz de la autoridad que lo respalda, se asoma al espacio principal colectivo en un gesto de cortesía simbólica.

fuente: web.ua.es

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